Introducción
Este argumento se originó a partir de dos eventos de entendimiento de mi parte.
El primer evento ocurrió en septiembre de 2014, cuando entendí que la principal de las cinco vías por las que S. Tomás de Aquino demuestra la existencia de Dios, el argumento de contingencia, presupone que la realidad es racionalmente explicable hasta su última instancia, presuposición que en metafísica tiene un nombre: "Principle of Sufficient Reason" (PSR). Ese entendimiento fue explícitamente confirmado al poco tiempo por el filósofo tomista Edward Feser, en un artículo que publicó en su blog el 2 de noviembre de 2014:
"Now if PSR is false, then the principle of causality is threatened as well, since if things are ultimately unintelligible, there is no reason to think that a potency might not be actualized even though there is nothing actual to actualize it and thus that something contingent, like the universe, might just be without any cause at all. But then it would not be possible to argue from the world to God as cause of the world."
El segundo evento ocurrió en agosto de 2015, cuando entendí que el PSR equivale al teísmo o lo presupone. Esto lo presenté como "thesis 1" en el artículo “Thesis 1: holding the PSR is equivalent to, or presupposes, holding theism”.
Por lo tanto las cinco vías no demuestran realmente la existencia de Dios, porque presuponen lo que quieren demostrar. (En realidad, dado que parten de la presuposición de un teísmo difuso, demuestran estrictamente que, si la realidad es racionalmente explicable hasta su última instancia, esa última instancia es el Dios inmutable del teísmo clásico que creó el universo de la nada, y no la divinidad del panenteísmo, de cuya sustancia habría emanado el universo, o por lo menos las almas.)
Hechos comprobados y disyuntiva
En definitiva, ante los siguientes hechos (facts) comprobados:
F1: el universo existe y, como un todo, es una entidad contingente: podría ser distinto, podría no existir. Más aún:
F2: el universo comenzó a existir hace 13.800 millones de años, y no hay una teoría científica sólida que ofrezca una causa física de ese comienzo. Hay solamente conjeturas no verificables como el multiverso. (Por otro lado, un universo cíclico que se expande hasta un máximo, luego se contrae hasta un mínimo, y así sucesivamente, es una alternativa positivamente invalidada por las observaciones acumuladas desde 1998 que demuestran concluyentemente que la expansión del universo se está acelerando y por lo tanto va a continuar indefinidamente.)
F3: el universo funciona causalmente y de acuerdo a leyes expresables matemáticamente.
F4: las constantes físicas del universo exhiben una sintonía fina que lo hace adecuado para el desarrollo de organismos vivientes complejos.
F5: la mente humana razona en base a causalidad y es capaz de crear sistemas formales matemáticos, incluyendo obviamente los que expresan las leyes que describen el funcionamiento del universo.
cada ser humano puede adoptar una de dos posiciones posibles, la primera de las cuales explica racionalmente los hechos y la otra simplemente los acepta como "brute facts":
Posición SR (Spiritual-Rational)
Existe en última instancia una Realidad Subsistente que es Espíritu y Razón (Logos), que creó el universo (explica F1 y F2) conforme a esa Razón (explica F3) con el fin de albergar el desarrollo de criaturas racionales (explica F4), cuya razón es creada a imagen de la Razón increada (explica F5).
Posición ME (Materialist-Evolutionist)
F1 ... F3: “brute fact”, “that’s just the way it is”. “Es así”, y esperar o demandar que tenga explicación es una presuposición a priori totalmente injustificada. (Ver las posiciones de David Hume, Bertrand Russell y Sean Carroll en el artículo anterior.)
F4: la sintonía fina puede deberse a que hay muchísimos universos, en cuyo caso es obvio que solamente en aquellos universos con parámetros aptos para el desarrollo de la vida puede desarrollarse la vida. O tal vez no haya muchos universos, y simplemente, al igual que con F1 ... F3, “that’s just the way it is.”
F5: la capacidad de la mente humana fue resultado de la evolución: el cerebro alcanzó una complejidad suficiente para permitir el pensamiento abstracto, sin que intervenga ningun alma espiritual. En cuanto a la causalidad, el mono que pensó que la rama se movió sin causa fue comido por un león.
Comparación de las posiciones
Las posiciones son totalmente opuestas en dos aspectos: explicación y sentido, tanto del universo como, mucho más importante, de la vida humana.
En la posición SR el universo tiene explicación y la vida humana tiene sentido, perdurando luego de la muerte.
En la posición ME el universo no tiene explicación y la vida humana no tiene sentido, terminando en la muerte. Ni siquiera tiene sentido la humanidad en su conjunto, porque es bien sabido que a lo sumo en 2.000 millones de años el sol habrá calcinado la tierra.
Conclusión
Expresaré la conclusión citando dos discursos de Benedicto XVI, no como argumento de autoridad sino porque hago míos esos párrafos. En primer lugar resumo la situación citando de:
http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/april/documents/hf_ben-xvi_spe_20060406_xxi-wyd.html
Por último, para llegar a la cuestión definitiva, yo diría: Dios o existe o no existe. Hay sólo dos opciones. O se reconoce la prioridad de la razón, de la Razón creadora que está en el origen de todo y es el principio de todo -la prioridad de la razón es también prioridad de la libertad- o se sostiene la prioridad de lo irracional, por lo cual todo lo que funciona en nuestra tierra y en nuestra vida sería sólo ocasional, marginal, un producto irracional; la razón sería un producto de la irracionalidad. En definitiva, no se puede "probar" uno u otro proyecto, pero la gran opción del cristianismo es la opción por la racionalidad y por la prioridad de la razón. Esta opción me parece la mejor, pues nos demuestra que detrás de todo hay una gran Inteligencia, de la que nos podemos fiar.
Pero a mí me parece que el verdadero problema actual contra la fe es el mal en el mundo: nos preguntamos cómo es compatible el mal con esta racionalidad del Creador. Y aquí realmente necesitamos al Dios que se encarnó y que nos muestra que él no sólo es una razón matemática, sino que esta razón originaria es también Amor. Si analizamos las grandes opciones, la opción cristiana es también hoy la más racional y la más humana. Por eso, podemos elaborar con confianza una filosofía, una visión del mundo basada en esta prioridad de la razón, en esta confianza en que la Razón creadora es Amor, y que este amor es Dios.
Luego amplío la descripción de la opción por la racionalidad citando de:
http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2007/july/documents/hf_ben-xvi_spe_20070724_clero-cadore.html
Pero la doctrina de la evolución no responde a todos los interrogantes y sobre todo no responde al gran interrogante filosófico: ¿de dónde viene todo esto y cómo todo toma un camino que desemboca finalmente en el hombre? Eso me parece muy importante. En mi lección de Ratisbona quise decir también que la razón debe abrirse más: ciertamente debe ver esos datos, pero también debe ver que no bastan para explicar toda la realidad. Nuestra razón ve más ampliamente. En el fondo no es algo irracional, un producto de la irracionalidad; hay una razón anterior a todo, la Razón creadora, y en realidad nosotros somos un reflejo de la Razón creadora. Somos pensados y queridos; por tanto, hay una idea que nos precede, un sentido que nos precede y que debemos descubrir y seguir, y que en definitiva da significado a nuestra vida.
Así pues, el primer punto es: descubrir que realmente nuestro ser es razonable, ha sido pensado, tiene un sentido; y nuestra gran misión es descubrir ese sentido, vivirlo y dar así un nuevo elemento a la gran armonía cósmica pensada por el Creador. Si es así, entonces los elementos de dificultad se transforman en momentos de madurez, de proceso y de progreso de nuestro ser, que tiene sentido desde su concepción hasta su último momento de vida.
Material adicional sobre la opción por la Razón creadora
Blanco Sarto, P. (2006). "Logos. Joseph Ratzinger y la historia de una palabra". Límite. Revista de Filosofía y Psicología, 1 (14), 57-86
http://dadun.unav.edu/handle/10171/36503
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83601403
Benedicto XVI (2006). Discurso en la Universidad de Ratisbona (Regensburg)
http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20060912_university-regensburg.html
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